Por Héctor J. Iaconis.
* Fue un político de raza
* Se inició en el Radicalismo siendo joven y ocupó cargos partidarios en el comité de Distrito
* Fue electo concejal en 1954 y 1960.
* En 1963-1965 ocupó una banca en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires
* Fue presidente de la Asociación Nuevjuliense de Basquetbol en l970.
En un librito, un poco olvidado en nuestros días, escrito por Jean Louis Barthou, un abogado y político francés, y traducido a nuestra lengua bajo el título de “El Político”, se afirma que “no hay vocación más fuerte que la del político; quien ha sentido su primera llamada, no se resiste ya; está dominado por ella para siempre”. Ciertamente, ¡cuánta verdad revela esas breves palabras!, pues el político que llega a la política con un corazón limpio, con autenticidad, honradez y generosidad, marchando por el camino del bien común y del servicio de sus semejante, abraza esta vocación para siempre.
En la historia de 9 de Julio, Otto Rafael Adobato fue un paradigma en el ejercicio de la política, desde la más elevada acepción que esta palabra guarda.
Había nacido en 9 de Julio en 1928, en el hogar formado por Emilio Adobato (nacido el 9 de julio de 1890) y de Aida Laura Magni (nacida el 6 de abril de 1898). Sus padres había contraído enlace el 5 de abril de 1923 y de esa unión nacieron otros dos hijos, Haydée Elvira, quien ejerciera la docencia durante muchos años en esta ciudad y actualmente radicada en la ciudad de Buenos Aires y Emilio Cesar, con el tiempo director del Diario “El Orden” de esta ciudad, más tarde afincado en Reconquista donde falleció.
Otto era descendiente de una familia de antigua familia nuevejuliense. Por vía paterna, sus abuelos italianos, Antonio Adobato y Rosaria Scudiero, había llegado a estas tierras a fines del siglo XIX, provenientes de Brienza, en Potenza, y había ocupado una quinta a las afueras del pueblo, en la esquina de las actuales avenidas Cardenal Pironio y Antonio Aita.
Por vía materna, su abuelo Egidio Magni (1864-1906), de profesión químico y farmacéutico, y dotado de una sólida formación intelectual, había tenido un destacado protagonismo en el 9 de Julio de su tiempo. Su abuela materna, Marcela Sisniega, estaba vinculada a las familias Alonso y Comas, que ya se encontraban en esta comunidad en el último cuarto del siglo XIX.
Sus estudios los cursó en el Colegio Cavallari.
Desde la adolescencia, Otto se sintió atraído por la participación institucional. Corría el año 1942 y Otto Rafael cursaba el tercer año del Bachillerato en el aludido establecimiento, donde también asistía su hermano mayor Emilio.
Mientras se desempeñaba como secretario del Centro Estudiantil Cavallari con el anexo de la Biblioteca “Florentino Ameghino” y participaba –junto a su hermano- en la edición periódico quincenal “Estudiantina”, que tenía como lema “Inquietud juvenil ansia de luz y Armonía”.
Ese año, en un ciclo de conferencias programadas por la Biblioteca “Florentino Ameghino “, disertó sobre “Los Aztecas y su civilización “.
Del Colegio Cavallari egresó con el diploma de Bachiller Nacional.
EL ESTUDIO FOTOGRAFICO
En 1904, su tío Rafael adquirió al fotógrafo Valentín Estradé Vals, en el mismo lugar de Independencia (hoy Yrigoyen) entre Buenos Aires (hoy San Martín) y Salta, fundó la Fotografía “Buenos Aires”, su estudio, que giraba con el nombre de “Fotografía Buenos Aires”. Poco más tarde, el estudio pasó a denominarse Fotografía “Adobato”.
Hacia 1928, Rafael Adobato, que había asumido la función pública en el gobierno municipal, se retiró de la profesión de fotógrafo, dejando la empresa en manos de dos entusiasta jóvenes, su hermano, Emilio Adobato (padre de Otto) y Cataldo Divito. A partir de entonces, la empresa comenzó a llamarse “Adobato y Divito”.
Sus padres habían establecido su domicilio en la casa contigua al estudio fotográfico (Yrigioyen entre San Martín y Salta), la vivienda donde Otto transcurrió su infancia, juventud y adultez, hasta su fallecimiento.
Al fallecer su padre en 1948, quedó al frente del negocio con su madre Aída y como auxiliar el fotógrafo Arnaldo R. Vega, quien por muchos años fue un eficaz colaborador.
ATLETICO 9 DE jULIO
Desde joven estuvo vinculado a Atlético 9 de Julio, era un niño e iba de la mano de su padre a observar como se estaba construyendo el estadio y la pileta de natación, desde ese momento le quedó muy prendida su incondicional adhesión a la entidad, Se inclinó por el basquetbol y colaboraba, desempeñándose como árbitro de ese deporte.
Años más tarde fue delegado del club ante la Asociación de Basquetbol, llegando a ocupar la presidencia de la asociación, en 1970. En esta oportunidad lo acompañaron Eduardo Lucangioli, que fue director técnico del equipo campeón Regional año 1970, F. Maestrutti, N. Baloriani, A. Galdos y A. Fernández, entre otros.
TRAYECTORIA POLITICA
Otto Rafael Adobato desde niño en su casa paterna oyó hablar de política. Su abuelo materno Egidio Magni, había sido secretario del primer Comité Local de la Unión Cívica Radical (UCER) en 1892, su tío Rafael ocupó el cargo de secretario Municipal en varias ocasiones (1917/18/23/25/30), y su padre Emilio, también, desempeñó la función pública, ejerciendo la presidencia del Concejo Deliberante.
Con este antecedente familiar Otto Rafael fue asimilando las experiencias que palpaba en su tertulia familiar y desde estudiante se perfiló como un relevante dirigente político.
Con un poco más de veinte años, en abril de 1952 fue designado prosecretario general del Comité de Distrito de la UCR, presidido por el doctor Manuel Osores Soler en representación de la Lista Blanca del sector Unionista. En 1954, resultó electo concejal y presidió el bloque de ediles de su partido, demostrando en su quehacer cívico, preocupación por los problemas de la comunidad.
En la labor legislativa demostró un profundo conocimiento de la administración municipal. Producido el bombardeo de Plaza de Mayo por los aviones navales, el 16 de junio de 1955, contra el Gobierno del general Perón, fue detenido por la policía junto a otros correligionarios, sacerdotes y dirigentes de otros partidos de la oposición. En octubre de 1955, integró la Comisión Investigadora de 9 de Julio que tuvo como misión indagar acerca de todos los actos de gobierno del Intendente Municipal Horacio Italiano y funcionarios de su gobierno.
El 27 de noviembre de 1955, la UCR realizó elecciones internas, obteniendo el triunfo la Lista “Rosa“ (Unionista) sobre la lista de la línea Intransigente. En esta ocasión, Otto, resultó electo Convencional Provincial.
En 1957 , en 9 de Julio, ocurrió un hecho inusual el doctor Juan A. Maldonado había retado a duelo al dirigente radical Adolfo R. Poratti, por una cuestión suscitada por el funcionamiento de un pulmotor en el Hospital Julio de Vedia, adquirido mediante una colecta popular. Planteado el Reto a Duelo, Otto Adobato y el Abogado Vaccarezza de Bragado, en representación de Poratti. El doctor Maldonado tenía como padrinos, al capitán Roberto Latino Córdoba y el escribano Gustavo Ferrere. De resultas de la reunión de los padrinos, con un buen tino, resolvieron no dar lugar al duelo.
En junio de 1959, fue designado por la lista Unidad, Secretario General del Comité de Distrito, presidido por Francisco Dorré. Para las elecciones parciales de 1960, resultó electo concejal por la lista única conformada por el entendimiento de los sectores Balbinistas y Unionistas.
En 1963 y 1965 ocupó una banca en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires e integró la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
PALABRAS FINALES
Otto Rafael Adobato falleció en 9 de Julio, el 7 de diciembre de 1974, a los 46 años de edad.
Cuando Álvaro de Figueroa y Torres, primer conde de Romanones, genial político y prolífico escritor, tradujo la obrita de Barthou, a la que aludimos al comienzo, puso especial cuidado al interpretar un párrafo enteramente sugestivo: “La afición por la política nace más bien de una vocación personal (…); se disciplina, pero no se improvisa. Se tiene, por así decirlo, en la sangre…”.
Precisamente, Otto Adobato, iba a la política muy en su interior; amaba el ejercicio de la política del modo en que había concebido que debía hacerse: con honradez, entrega e interés absoluto por el bien común.
Pertenecía una generación de políticos que aún mantenía vivos los ideales de la política elevada, aquella que habían soñado los grandes prohombres de nuestra patria. La política es arte, voluntad y pasión hacia el bien común y así lo entendió Otto Adobato. Fue un gran político, porque antes había elegido ser un hombre de bien.