Historias y curiosidades
En los años 50 habría sus puertas en 9 de Julio, la casa “Ñaró-Suixtil”. Su larga trayectoria en el local de la calle La Rioja entre la avenida Vedia y La Rioja, marcó una etapa que muchos nuevejulienses aún recuerdan.
Para algunos, “Ñaró-Suixtil”, era una extensión de “Casa Canelli”, la prestigiosa sastrería fundada a comienzos del siglo XX y que se encontraba a poco más de cien metros, en la avenida Vedia.
“Ñaró” vendía ropa masculina, de la entonces muy conocida firma “Suixtil” que publicitaba obsesivamente sus “doscientas noventa medidas” de trajes. En rigor, al principio “Ñaró-Suixtil comenzó con “Las 90 medidas”, y después prosiguió con “Las 290 medidas”. Es que sus trajes tenían muchas, y dentro de un traje médium o mediano, habían dos o tres tipos de largo de mangas.
Estuvieron a cargo de su atención, en la sucursal de 9 de Julio, Gino Canelli y Emilio Poggi, entre otros.
En 9 de Julio fueron, entre otros, muy populares sus trajes, particularmente los de verano, que pesaban apenas 600 gramos. La ropa que vendía “Ñaró” se caracterizaban por una combinación de comodidad y estilo. Camisas y pantalones de fibras frescas mantenían el calor del cockpit bajo control, con un corte elegante que, al mismo tiempo, permitía libertad de movimientos.
Una historia que aún no se ha estudiado, al menos que se sepa, es la de las casas de comercio de 9 de Julio. Existe un estudio sobre los almacenes de ramos generales, pero no así de las tiendas y de las firmas comerciales dedicadas a otros rubros. Es curioso que no hayan quedado rastros escritos de establecimientos que durante décadas estuvieron tan vinculados a la vida cotidiana del vecindario. Su historia queda, así, librada únicamente a los recuerdos, con su inevitable falta de precisión.
En el devenir del tiempo, la historia de “Ñaró” en nuestra ciudad parece perderse en el tiempo; no obstante, muchos nuevejulienses aún tienen recuerdos de esa casa, de su vidriera, de su fachada.
Las sucursales de “Ñaró-Suixtil” se extendieron a lo largo de todo el país, no solamente en las ciudades más importantes, también en las pequeñas localidades. Poco a poco, con el correr del tiempo, las mismas fueron cerrando sus puertas, aunque dejando una huella en las comunidades donde existieron y marcaron una línea en la moda masculina.
LA MARCA, EL AUTOMOVILISMO Y EL RENACIMIENTO
Fundada en Argentina en la década de 1930, Suixtil capitalizó la popularidad del automovilismo para convertirse en la marca de ropa “imprescindible” para los conductores de carreras en todo el mundo. Originalmente como patrocinadores de la selección argentina de carreras – Escuderia Suixtil, la popularidad de la marca se extendió por Europa y Fangio, Moss y González fueron solo algunos de los pilotos famosos y extremadamente exitosos que lucieron con orgullo la marca Suixtil en los años 50 y 60.
“Suixtil” fue una de las primeras que tuvo su marca inscripta en los autos de carrera, apoyando la actuación de varios pilotos en Turismo Carretera, Fuerza Libre, en las Temporadas Internacionales y en los incipientes años del comienzo de la campaña de los volantes argentinos en Europa.
Su elegante corte deportivo, colores sobrios y gran calidad trascendieron nuestras fronteras, y hasta muchos pilotos europeos contemporáneos de Juan Manuel Fangio y José Froilán González la vistieron. Suixtil logró prestigio al ser la marca de ropa más requerida y deseada por los pilotos de todo el mundo.
El tiempo pasó y el aumento de las regulaciones de seguridad hizo que los conductores ya no corrieran en polos, por lo que la marca Suixtil comenzó a desvanecerse. Lo que quedaba era un archivo fotográfico que mostraba su rica herencia y mostraba claramente las prendas de la colección. La marca fue recuperada por un entusiasta británico del automovilismo, admirador de pilotos como Fangio y Froilán, quien en 2016 volvió a presentarla con singular éxito, ya que demostró ser extremadamente popular, especialmente para quienes gustan lucir ropa con estilo de competición. La actual colección se vende con éxito en Inglaterra, incluyendo polo shirts (chombas), gorras, cinturones, guantes para manejar y camperas.
Desde el pasado nuevejuliense, de cuando en cuando, vuelve a la memoroa «Naró».