El legendario «Plaza Hotel»

Por Héctor José Iaconis.

Pocas veces existió en la comunidad una aclamación generalizada, tan acentuada, ante la construcción de un edificio particular, como cuando fue edificado el “Quaizel Hotel”, más tarde, conocido por el nombre de “Plaza Hotel”. En el contexto histórico de la segunda mitad de la década de 1930, una obra edilicia con las características y funcionalidad que representaba aquella, prevalecía en una configuración urbana en la que predominaban estilos arquitectónicos decimonónicos.

En febrero de 1933, Florentino Valenzuela, adquirió a Ernesto Poggi las parcelas de Bartolomé Mitre e Independencia (hoy, Hipólito Yrigoyen), donde había funcionado años atrás el Hotel “Cruz de Malta”. A partir de entonces, el nuevo propietario comenzó a proyectar la construcción de un hotel que respondiese a las exigencias de su tiempo.

Si bien el primer proyecto estudiado era más ambicioso, el diseño definitivo también cobró magnitud, brindando a la comunidad y a los huéspedes las posibilidades de una hotelería moderna. La tarea de construcción del Hotel la acometió la empresa de Héctor Bai e hijos.

LA INAUGURACION DEL HOTEL

El “Quaizel Hotel” fue inaugurado el sábado 30 de octubre de 1937. Poco antes se había constituido una “Comisión Pro Homenaje al Sr. Florentino Valenzuela” que, en el marco de ese acto, organizó un banquete en honor del propietario del flamante edificio (1).
En efecto, tal como lo señala EL 9 DE JULIO, en la edición publicada al día siguiente del evento, “la finalidad de este acto ha sido el de tributar al Sr. Valenzuela un sincero aplauso, por su valiosa contribución al progreso edilicio, al hacer construir tan hermoso edificio”.

“Anoche –expresa el texto periodístico- quedó inaugurado el hermoso edificio construido especialmente para el Hotel ‘Quaizel’, con la realización de un acto que alcanzó singular brillantez. Este fue en honor del Sr. Florentino Valenzuela y consistió en un banquete ofrecido por las figuras más representativas de cuanto tiene en sus distintas esferas nuestra sociedad”(2).

EL HOMENAJE A VALENZUELA

Florentino Valenzuela.

Durante el agasajo brindado a Florentino Valenzuela, uno de los oradores fue el doctor Manuel Osores Soler quien, entre otros conceptos, afirmo que el homenaje “encierra parte de esta finalidad: admirar sus obras que han contribuido al adelanto del pueblo”.

“Porque –agrego Osores Soler- el señor Valenzuela es el autor de obras de reconocido mérito y de verdadero valor, desarrolladas en su vida pública durante sus dos períodos de Intendente Municipal, citemos para ejemplo, algunas de ellas: el Parque San Martin, la construcción del asfalto y tantas obras que sería largo enumerar. Y hoy en su vida privada nos ofrece una obra más que abre un nuevo jalón de progreso y embellece, por sus tintes modernos, a nuestra ciudad”.

El médico y legislador bregó para que, “en un devenir no lejano, el nivel edilicio del pueblo se destaque por sus perfiles arquitectónicos en toda su amplitud”.

A su turno, también habló Valenzuela. Recordó, en un pasaje de su alocución, el estímulo recibido de Pablo Quaizel y Cándido Gómez Alvarez y subrayó que ofrecía esta obra “a la ciudad de 9 de Julio como pequeña contribución de su progreso y como sugestiva demostración de su capacidad constructiva”.

“Toda mi vida –dijo Valenzuela- he seguido el camino del deber y del trabajo, ese es mi único blasón. La tierra pródiga supo devolver mis fatigas con generosa retribución; las clases productoras retribuyeron con largueza mi actividad comercial; el pueblo, supremo juez de nuestras acciones, me llevó a ocupar posiciones públicas, desde donde creo haberlo servido con patriotismo y probidad: hoy he querido devolver a este pueblo su apoyo en horas inciertas, dándole un impulso edilicio con la secreta esperanza de que otros me superen de inmediato en el esfuerzo”(3).

Junto con la inauguración y el servido del banquete en honor de Valenzuela, fue programado un baile. La velada fue amenizada por la orquesta dirigida por Emilia A. Ferrari e integrada por Adolfo Castronuovo, Salvador Chiéffari, O. Bruno, Fermín Failache y Eleodoro Lozzi.

Edificio del «Plaza Hotel» ya ampliado.

DEL “QUAIZEL HOTEL” AL “PLAZA HOTEL”

En 1944 se desarrollaron trabajos de ampliación del Hotel, siendo concluidos en torno al mes de septiembre. El nombre de “Quaizel Hotel” dio paso al de “Plaza Hotel” y la apuesta de su propietario fue aún mayor, pues le confirió un renovado impulso.

Portada del menú del restaurante del “Plaza Hotel”. Década de 1940. Inconfundible la publicidad de los cigarrillos “43”.

Contiguo al Hotel, Florentino Valenzuela, había hecho edificar algunos locales comerciales. Uno de ellos fue ocupado, durante años, por la Peluquería “La Ideal”, atendida por Estéfana Puelles y sus hermanas. A propósito de ello, María Angélica «Chola» Puelles de Gotelli (ahijada de Valenzuela), en ocasión de una entrevista, recordaba que, en el Hotel, “concurrían a alojarse muchas personas conocidas, del ambiente artístico”.

“Algunos de ellos –comentaba María Angélica- , antes de realizar su función en el teatro iban a la peluquería, que funcionaba en un local contiguo. Allí atendí personalmente a figuras destacadas, tales como Azucena Maizani, Tita Merello, Mercedes Simone, entre muchas otras» (4).

Además de unas setenta habitaciones (cuarenta con baño privado), contaba con confortable salón para eventos y brindaba servicio especial para lunch y casamientos. En los anuncios publicitarios de la década de 1940, remarcaba que disponía de “agua caliente a toda hora”.

Quizá fue inevitable su decadencia cuando Florentino Valenzuela dejó la continuidad de concretado sueño en otras manos. Es probable que el “Plaza Hotel”, carente de algunas instalaciones sanitarias primordiales para su funcionamiento, se mostrara anticuado para los tiempos que comenzaban a correr; también, puede que haya existido cierta decidía de parte de quienes debían garantizar su adecuada administración y el apropiado mantenimiento del edificio.

Tras el cierre del “Plaza Hotel”, la esquina fue vendida al Banco Español del Río de la Plaza (hoy sede de la sucursal del Banco de Galicia). Más tarde, en un remate realizado en la mañana del domingo 29 de junio de 1969, fueron vendidas las construcciones aledañas(5).

Hoy, no solamente merced a los registros fotográficos que aún se conservan, sino también en una parte del antiguo edificio que ha llegado hasta nuestra época, pueden observarse vestigios del “Plaza Hotel”, un lugar tantas veces evocado con nostalgia por los nuevejulienses de ayer.

El Hotel visto de la Plaza “General Belgrano”.
Una vista del interior del salón del “Plaza Hotel”. Sobre el fondo se aprecia el gran reloj, con la publicidad de Relojería “San Romé”. Sin dudas, muchos nuevejulienses reconocerán este salón, donde se realizaron tantos eventos sociales.

NOTAS
(1) EL 9 DE JULIO, año XXIX, n° 3535, 9 de Julio, 17 de octubre de 1937.
(2) Ibidem, n° 3539, 31 de octubre de 1937.
(3) Ibidem.
(4) EL 9 DE JULIO, 9 de junio de 2013, disponible en www.diarioel9dejulio.com.ar/noticia/31170.
(5) EL 9 DE JULIO, año LXI, n° 7507, 25 de junio de 1969 y n°7509, 30 de junio de 1969.

COMPARTIR

RELACIONADAS

Más

Se cumplirá el 50° aniversario del fallecimiento de Enrique...

En poco días se cumplirá el 50° aniversario del fallecimiento del poeta y dramaturgo Enrique Catani. Como...

Fotos con historia: la imprenta de “El Luchador”

La imagen que hoy publicamos refleja la fachada del antiguo periódico «El Luchador», fundado en 1903. Sus...