Por Héctor José Iaconis.
Hace cien años, como en nuestro días, uno de los temas que inquietaba a la comunidad eran las bajas temperaturas y los casos de gripe que aumentaban. En efecto, la edición del 4 de junio de 1924, dedica dos artículos a estas cuestiones.
En el primero, se informa que los casos de gripe, verificados en la cuidad de Buenos Aires, estaban probocando “la consiguiente alarma de las autoridades sanitarias”.
“Se han adoptado -añade- las medidas contra la terrible enfermedad, que tan desastrosos efectos produce en los que son atacados por ella, especialmente en lo que se refiere a las acciones pulmonares. No estaría demás que el vecindario se previniese contra la posible aparición de la molesta enfermedad en esta localidad y que las autoridades solicitaran de la Dirección de Salubridad de la provincia el envío de suero preventivo para que puedan ser inoculados los que deseen inmunizarse contra los efectos de aquella”.
Probablemente, al mencionar el “suero”, se refiera a la vacuna y al suero contra la gripe española que fue desarrollada por el Instituto Bacteriológico, institución de carácter estatal de reciente creación, entre 1918 y 1919. En la memoria de una centura atrás estaba muy claramenta viva la huella de debastación que había dejado en el mundo, pocos años atrás, la influenza, o más exactamente la gripe española.
LAS NOTICIAS SOCIALES DEL DIA
Acerca de la vida social de la comunidad, la edición del 4 de junio de 1924, trae el anuncio de la boda de dos integrantes de conocidas familias nuevejulienses: Elvira Catani (hermana del poeta y escritor Enrique Catani) con Vicente Scatolini. Precisamente, ese día se había celebrado ambas ceremonias (civil y religiosa).
Un esquela anuncia el fallecimiento de Josefa Z. de Zabala, ocurrido pocos días antes. La extinta contaba con ochenta años de edad.
Por otra parte, Albaro González, quien había sido vecino nuevejuliense, se ebarcaba en esos días, en el vapor “Reina Victoria Eugenia”. Lo hacía con rumbo a España, donde permanecería, según la crónica, por una larga temporada.
Otro artículo refiere sobre la celebración de denominadas “Misas Gregorianas” en memoria de Celestino Fage, fallecido poco antes. Estas serían oficiadas, durante el mes, a las 7:30 horas. Las “Misas Gregorianas” constituyen una antigua tradición, aún vigente, que se remonta a tiempos de San Gregorio Magno, romano pontífice entre el 590 y el 604. Se trata de una serie de Misas ofrecidas durante treinta días consecutivos tras el fallecimiento de una persona.
Otra noticia social informa el nacimiento de un niño: “El hogar -dice el texto- del señor Guillermo B. Gougy ha recepcionado con toda felicidad un robusto niñito que ha venido a aumentar la alegria de sus progenitores”.