Por Héctor José Iaconis
Vinculados con la historia del servicio de agua potable en 9 de Julio existen varias cuestiones que despiertan curiosidad. Una de ellas tiene que ver con una situación de incomodidad que causó a la firma “Domingo Noceti & Cía.”, haber sido excluidos de la fiesta inaugural de la usina de aguas corrientes de 9 de Julio.
En efecto, el servicio fue inaugurado el 3 de septiembre de 1905. El tanque, propiamente dicho, que posee una capacidad de 400.000 litros, que fue colocado sobre la torre y que aún se conserva, fue construido en los talleres que la firma “Domingo Noceti & Cía.” poseía en Barracas, sobre la margen sur del Riachuelo.
El domingo 3 de septiembre de 1905, cuando fue inaugurado el tanque y el servicio de aguas corriente, participó el Ministro de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires. Entre las celebraciones de esa jornada hubo reparto de carne y pan a los pobres en el corralón municipal, acto inaugural protocolar, lunch y distribución de medallas conmemorativas, asado con cuero, realización de juegos y quermeses (carreras de sortija, carrera de embolsados, palo enjabonado y rompecabezas), un banquete en el Teatro “Rossini” durante la tarde, fuegos artificiales en la Plaza “General Belgrano” durante la noche y un baile de gala en el salón municipal.
Un omisión, tal vez, en la organización del acto protocolar o, tal vez, un descuido al momento de enviar las invitaciones, dejó afuera a Noceti de los actos. No tardó, la aludida empresa en remitir al intendente municipal una esquela, expresando su malestar por ser excluidos. En la oportunidad, además de manifestar su malestar, solicitaban se les remita una de las medallas conmemorativas mandadas acuñar a la casa “Bellegamba y Rossi”, de la cual se consideraban acreedores y remitían una voluminosa placa con los detalles técnicos del tanque que habían construido, para ser colocada en las instalaciones.
Probablemente, la firma “Domingo Noceti & Cía.” recibió la medalla reclamada. La estela de bronce mandada fue colocada en la torre y permaneció allí por años olvidada hasta que, por gentileza del señor Macchioni, por entonces jefe de la entonces repartición local de Obras Sanitarias, pasó a formar parte del patrimonio del Museo local.