Segunda parte: La Carpintería, en madera y metal

Por Héctor José Iaconis

La carpintería, tanto en madera como metálica, constituye uno de los elementos más característicos del Salón Blanco de la Municipalidad de 9 de Julio, según la reforma que fuera realizada entre 1933 y 1934. El ingeniero Luis A. Herbín, al proyectar la refacción del mismo, puso de manifiesto la importancia que reviste la carpintería en el ornato del espacio escogido.

Las seis puertas de madera y las cuatro ventanas vidrieras de arco de medio punto están distribuidas de manera tal que, al observar los muros con una mirada global puede advertirse una composición armoniosa y rítmica: en la pared que limita con la galería fueron colocadas dos puertas de acceso en los extremos opuestos y, en el centro, a repetición, las dos grandes ventanas vidrieras. Idéntica proporción conserva el muro frontal, lindante con la medianera vecina (de la Catedral).

LAS VIDRIERAS O VENTANALES
Las cuatro vidrieras que, el propio Herbín denomina “grandes ventanales”, están compuestas por un armazón de 4,50 metros de altura por 2,60, compuesto por el zócalo, el cuerpo principal, la línea de imposta que le confiere un pertinente detalle estético y el arco propiamente dicho (con una parte fija y otra móvil).

El cuerpo principal (cuya altura es de 3 metros) se encuentra formado por cuatro partes simétricas (de cuatro vidrios cada una), dos de ellas fijas y dos para abrir. Formando una falsa línea de imposta se observa un ornamento para, luego, proseguir el armazón con el arco de medio punto, que lo forman cinco vidrios fijos colocados hacia el extradós del arco y una banderola de abrir en el intradós. El arco posee 1,50 metros de flecha.

Los vidrios que les fueron colocados son, de acuerdo con las instrucciones dadas por Herbín, “plomados blancos, del tipo catedral, romboide con martelinado grueso y fino”.
El vidrio “catedral” indicado es aquel que, en ambas caras, posee una textura decorativa que permite el ingreso de la luz de una manera difusa. Al mismo tiempo, impide una visión directa desde el exterior.

En el mes de septiembre de 1933 fueron colocadas en el nuevo Salón Blanco Municipal las cuatro grandes vidrieras. Su costo ascendió a 2198 pesos.

LAS PUERTAS EN MADERA
Las seis puertas de madera que posee el Salón Blanco fueron realizadas en cedro. Hacia el interior las mismas poseen placas-plafón esculturadas que le otorgan una decoración en concordia con el contexto. Las mismas también obedecen, en su disposición a un criterio cadencioso en cinco planos regulados y articulados por sus correspondientes molduras de definición geométrica.

Cuando, en la próxima nota, nos ocupemos de los elementos de la escultura de mampostería, haremos referencia a los que adornan las puertas, pues se corresponden con aquellos.

Las puertas tienen 3 metros de altura por 1,30 de ancho. Poseen dos hojas sin contramarco, con tapajuntas de dos lados y un espesor de madera de 2 ½ pulgadas. Los recuadros, perfilados por rectas, son de 5 por 5 pulgadas.

A diferencia de las otras, las dos puertas que convergen hacia el actual Salón de las Américas llevan, hacia el exterior, tableros con espejos.

La pintura de estas puertas constituye un sustancial elemento decorativo, pues resaltan el ornato de las mismas.

La instalación de las aberturas y su pintura fueron ejecutadas en los meses de agosto y septiembre de 1933.

Las puertas, con sus objetos decorativos, en una observación detenida, parecen transfigurarse, dejando su forma individual para tomar connotaciones orgánicas; una apariencia total de empatía con el resto de la decoración interior del espacio. Sin dudas, el Salón Blanco de la Municipalidad de 9 de Julio, patrimonio arquitectónico de la comunidad, es un espacio de gran riqueza estética.

FUENTES

– Archivo Administrativo de la Municipalidad de 9 de Julio. Expte. n° 8. Año 1933: «Refección y modernización del salón de actos públicos. Construcción de dependencias y refección de la casa municipal”.

BIBLIOGRAFIA

– J. ADELINE, Vocabulario de términos de arte, Madrid, La Ilustración Española y Americana, 1888 (traducción de José R. Mélida).
– STEPHEN CALLOWAY – ELIZABETH CROMLEY (ed.), The Elements of Style. An practical encyclopedia of interior architectural details from 1485 to the present, New York, Simon & Schuster, 1996.
– FELIX CARDELLACH, Las formas artísticas de la arquitectura técnica. Tratado de ingeniería estética, Barcelona, Librería de Agustín Bosch, s.f.
– A. RAGUENET, Materials and Documents of Architecture and Sculture, Chicago, G. Broes van Dort Co., 1915, 10 vol. (Reedición de Matériaux et Documents d’Architecture et de Sculpture, París, 1872-1914).