* Había nacido en España y, niño aún, llegó a la Argentina junto a su familia.
* Siendo adolescente sintió el llamado a evangelizar y no dudó en convertirse en colportor, saliendo a recorrer los hogares para predicar.
* Estudió en el Instituto Bíblico de Azul, donde se recibió como Pastor.
* Predicó en diferentes ciudades del país, como así también en Perú, Brasil y en los Estados Unidos, donde uno de sus hijos políticos era Pastor.
* Arribó a 9 de Julio, promediando la década de 1940, para hacerse cargo de la comunidad evangélica de la Iglesia ubicada en Cavallari y Mendoza.
* Tal como lo definió el padre Pedro Campas, fue un gran pastor que tenía la fe en Cristo clavada en lo más hondo de su ser.
En la extensa historia de las Iglesias Evangélicas de 9 de Julio, que tiene su origen con la llegada de los primeros misioneros en el siglo XIX y, más tarde, con la organización de la primera comunidad, hay un nombre que sobresale de manera inobjetable: el del Pastor Juan Sánchez. Una vida ejemplar que fue, ante todo, una predicación práctica de aquello que es vital en el Evangelio.
Modelo de esposo y padre, fue un Pastor que llamó a la fe cristiana a cientos de hombres y mujeres en cada una de las ciudades donde le tocó ejercer su misión.
Forjado a partir de una simiente pura, fue un guía y maestro de fe. En su humildad estaba la clave para demostrar que era posible vivir con radicalidad y belleza los consejos evangélicos y que los mismos eran transcendentes. Así fue la vida de Juan Sánchez, un hombre de Dios que hablaba de las cosas de Dios, vivía en la escucha permanente de su Señor y en el servicio a sus hermanos.
Juan Antonio Esteban Sánchez, tal era su nombre completo, había nacido en Almería, hoy parte de la comunidad autónoma de Andalucía, en España. Sus padres fueron José Sánchez y Juana Ruíz.
Contaba alrededor de tres años cuando emigró a la Argentina junto a sus padres y hermanos, instalándose en una chacra en Coronel Suárez.
LLAMADO A PREDICAR EL EVANGELIO
Tempranamente, cuando contaba unos quince años, descubrió su vocación para anunciar el Evangelio y, valiéndose de una jardinera tirada por un caballo, recorría los pueblos como colportor, vendiendo libros y biblias, especialmente en los hogares rurales.
Hacia 1922 ingresó en el Instituto Bíblico de Azul, recientemente fundado por los misioneros Samuel y Vera Barnes, pertenecientes a la Alianza Cristiana y Misionera. Si bien, esta casa debió cerrar sus puertas ocho años más tardes, permitió formar un grupo de jóvenes pastores que, cada uno en su ámbito, desarrolló una gran tarea. Entre ellos se encontraba Juan Sánchez quien, luego de egresar del Instituto, como Pastor Evangélico, comenzó su ministerio en aquella ciudad.
Más tarde pasó como Pastor por las Iglesias de Olavarría, Azul, Carhué, Roque Pérez, Saladillo y General Pico (La Pampa), entre otras.
EN 9 DE JULIO
En torno a 1947 el Pastor Juan Sánchez se estableció en 9 de Julio para ponerse al frente de la Iglesia Evangélica ubicada en la calle San Luis (hoy Maestro Cavallari) y Mendoza. Aquí realizó una notable acción, llevando la fe a muchos hogares e incrementando el número de miembros de la comunidad.
Semanalmente visitaba la localidad de Patricios. Lo hacía en ómnibus; pero, más de una vez, cuando no era posible hacerlo iba a pie, caminando por las vías. Allí, en su pequeño salón, realizaba las reuniones evangélicas y, por la noche, descansaba entre dos sillones, completamente exento de comodidades.
Visitaba permanente los hogares de los miembros de la Iglesia como también de otras personas que no pertenecían al culto. Del mismo modo, estaba siempre atento a las necesidades de las personas, estando siempre disponible para el auxilio.
Más de una vez se lo vio, por las noches, junto a la cama de un enfermo acompañándolo, no solamente con la palabra sino con su presencia de largas horas, cuidándolo.
Mantuvo una cordial relación con miembros de otros credos. Fue amigo del padre Pedro Campas, párroco de Nuestra Señora de Fátima y del Padre Pedro Traveset.
Precisamente fue el padre Campas quien, en 1969, en ocasión del fallecimiento de su hija Vera, le dedicó un esplendente artículo de prensa donde lo describe como gran pastor, “que tenía la fe en Cristo clavada en lo más hondo de su ser”.
Cuando su hija Rubi emprendió la carrera de Medicina, el Pastor Sánchez se estableció en la ciudad de Buenos Aires, donde fue puesto a cargo de una Iglesia en el barrio de Liniers. Cuando su hija se graduó como Médica especialista en Psiquiatría volvió a solicitar el traslado a 9 de Julio, como Pastor.
Cuando se retiró del ministerio como Pastor en 9 de Julio, Juan Sánchez continuó viviendo en esta ciudad. Despojado de todo interés pecuniario, no contaba con una vivienda propia; en consecuencia, su hijo político, Domingo Graziano, se la adquirió y en ella vivió junto a su esposa los últimos años.
SU FAMILIA
El 23 de febrero de 1924 contrajo matrimonio con María Luisa Beneditto, oriunda de San Nicolás. De esa unión nacieron Edith Ester (casada con Samuel A. D’Amico); Ruth (esposa de Domingo Graziano), Ruby (casada con Víctor Cancio) y Vera Elisabeth.
Juan Sánchez supo trasladar el amor que sentía por sus hijas y yernos a sus nietos, que fueron motivo de su alegría: Ruth y Samuel D’Amico, Juan y Gustavo Graziano y Víctor y Marcelo Cancio. Asimismo, pudo conocer a dos de sus bisnietas, Amber y Elice.
PALABRAS FINALES
El Pastor Juan Sánchez falleció en 9 de Julio el 30 de junio de 1982, cuando contaba 84 años de edad. En ocasión de su fallecimiento, una esquela periodística recordó la riqueza de su apostolado, vivido con vocación y profundo sentido humano.
“Su sensibilidad –añade el texto- lo hizo acercar siempre a seres que sufren, prodigándole su aliento, su fe y su esperanza. En el seno de la Iglesia Evangélica cumplió con responsabilidad su misión pastoral, lo que le valió la consideración y gravitación de su personalidad”.
El Pastor Guillermo Gitz lo evoca como hijo de uno de sus compañeros en el memorable Instituto Bíblico de Azul.
“Le vi –escribe Gitz- caminar rumbo al poniente, haciéndose viejo sin demostrarlo, diciendo y poniendo cosas en las mentes y corazones de la gente. Fue un largo tiempo sin dudas, pero bien empleado, abriendo caminos en un medio hostil, sin quejas, con la certeza de que Dios le había llamado a ese oficio”.
La vida del Pastor Juan Sánchez fue, sin dudas, un itinerario vital colmado de virtud y probidad.
Agradecemos la deferencia de Ruth Sánchez de Graziano y Samuel Graziano por permitirnos acceder a la información para esta semblanza.