La imagen que hoy escogimos muestra el Almacén de Don Felix Apraiz y familia. El mismo se encontraba ubicado en la esquina de La Rioja y Nicolás L. Robbio. Nótense algunos detalles interesantes: las características de la puerta con vidrios biselados de la derecha. En el paño del cristal se refleja la figura de un hombre con sombrero que, aparentemente, ingresa por la puerta de la ochava; o, quizá, la silueta del fotógrafo.
Además, sobre el mostrador la vitrina blanca donde se exhiben quesos. Las estanterías altas y el largo mostrador, caracterizaban los almacenes de la época.
Del “otro lado” del mostrador, de pie, se puede observar a quien, presumiblemente, era el repartidor, pues una de las manos la descansa sobre una canasta de reparto.
La inconfundible bascula de platillos en el centro del mostrador. Para los más jóvenes, que tal vez, no conocen el funcionamiento, les comentamos que las mismas constan de dos brazos iguales que permiten medir masas. Son consideradas una máquina muy simple, ya que su aplicación es con palanca de primer género según su construcción.
Este tipo de balanzas se colocan en una base de apoyo que ayudará a nivelar. Cuenta con una cruz construida en aleación rígida y ligera. Su centro oscila sobre una cuchilla de ágata, la cual se apoya sobre una placa en la parte superior de la columna central de la balanza. Los platillos están dispuestos sobre unos estribos que se apoyan en unas cuchillas ubicadas en cada extremo del brazo. Al colocar el producto en uno de los platos y la pesa en el otro, se puede efectuar la medición.