Por Héctor José Iaconis.
La edición del 9 de abril de 1924, del periódico “El 9 de Julio”, publicada hace exactamente 100 años, nos permite conocer qué acontecía entonces en 9 de Julio. Cuando menos, aproximarnos a la realidad que afectaba entonces la inquieta sociedad nuevejuliense de una centuria atrás.
Abre la primera plana del periódico una aguda nota editorial acerca de “La mendicidad callejera”. Al parecer, la situación planteada no era poco frecuente y motivaba la preocupación, siquiera, del periodismo: [textual, en cursiva]
No analicemos al que mendiga, que demasiado sufre con tal humillación.
Tormentos de la vida, imprevisiones y otros factores le han llevado a ese extremo y ahí le vemos implorando a la generosidad ajena un mendrugo para su subsistencia. En nuestra culta ciudad se da el caso, triste por cierto, y los sábados especialmente es de observar un buen número de mujeres y hombres que ejercen la mendicidad.
Así se les ve a esos infortunados ir de puerta en puerta, solicitando la dadiva que en algo aliviará sus males. Convengamos en que es esto una desgracia, pero el cuadro que a la vista ofrecen, es repugnante y daña nuestra cultura, siendo más chocante dada la importancia de nuestra ciudad.
Las autoridades comunales deben concurrir a la solución de este problema. Sirviéndose de todos sus medios y resortes a fin de suprimir ese espectáculo callejero. Se debe usar de toda energía también con aquellos falsos pobres que hacen de la mendicidad un comercio aprovechado, para eludir las leyes saludables del trabajo, que hacen fuerte, altivo y digno al individuo. ¡Con ellos, nada de contemplaciones!
Hay mucha tierra y que espera anhelosa el triunfal del arado. Hay mil otras actividades que el individuo puede desplegar para ganar sin humillación el pan de cada día. ¡A trabajar, pues!.
UN CURIOSO ARTÍCULO
En la misma edición aparece publicado un curioso suelto, titulado “Más cultura, jóvenes”. Resulta interesante su enfoque y composición aunque, al mismo tiempo, por no aportar mayores noticias acerca del contexto que lo motivó, resulta difícil una comprensión acabada:
Hemos observado que en algunos espectáculos públicos algunos “jóvenes bien” de nuestra ciudad, cuyos nombres reservamos por ahora hacen derroche de un “sprite” grosero, como si la presencia de las familias, entre las que pueden estar sus propias mamás o hermanas, les interesara poco o nada.
Esos jóvenes que en los salones o en sus casas aparentan ser hombrecitos serios, con grandes conocimientos de moral y urbanidad, buscan las sombras de la noche y de los sitios en que se reúnen numerosas personas, para demostrar que los maestros que los educaron perdieron lastimosamente su tiempo.
Y es doloroso tener que tratar un tema tan ingrato y que los causantes de ello sean los jóvenes conocidos y bien conceptuados en nuestra ciudad. Pero como ellos olvidan que la educación no, ocupa lugar y que ser galanes y caballeros es una cosa muy bella, queremos recordárselo para que cambien de paso. La educación y el respeto mutuo les aconsejan.
ROMERIAS ESPAÑOLAS
Por esos días había sido inaugurado el Prado perteneciente a la Sociedad Española de Socorros Mutuos. Una nota periodística, publicada 100 años atrás, comenta este acontecimiento: [textual, en cursiva]
El ciclo de romerías que el domingo tocó a su término ha constituido uno de los triunfos más resonantes obtenidos por la Sociedad Española de S M. de 9 de Julio. La inauguración del Prado Español, exponente grandioso de la proficua labor desarrollada por sus incansables dirigentes, viene a marcar una nueva era de progreso real, para tan altruista y simpática institución benéfica.
La apoteosis, de acto tan trascendental, para la vida de la misma, resultó brillantísimo. La colectividad Española de Nueve de Julio y, especialmente la Comisión de Romerías, dirigida por su presidente, señor Tomás Garbiso, y tan hábilmente secundado por sus compa-ñeros de faena, pueden sentirse orgullosos de sus esfuerzos.
MAL ESTADO DE LAS CALLES
Sin hoy la ciudad de 9 de Julio presente, en materia urbanística, varias cuestiones que demandan atención, al parecer, hace un siglo, la situación del estado de algunas calles causaba inquietud. Otra nota de prensa, versaba:
En uno de nuestros habituales recorridos, que en misión periodística acostumbramos a efectuar, al hallarnos en las inmediaciones de la calle Coronel Lagos entre Primer Centenario [hoy avenida San Martín] y B. Mitre, con pasmable asombro observamos el estado de abandono de esa calle, convertido en un foco completo de infección y podredumbre.
Al cambiar algunas palabras con vecinos de esos parajes, nos manifestaron que rara vez se ha visto la pala municipal, cura comprobación salta a la vista con el charco hediondo que adorna el lugar. Señor Inspector Municipal, tiene la palabra.
FUNCION DE CINE
En la noche del 9 de abril de 1924, en el Teatro Rossini se proyectaría una película (cine mudo, desde luego) que, de acuerdo con la crítica, apuraba ser atractiva: [textual, en cursiva]
Una admirable película de carácter cómico satírico de intención y gracia insuperables, es la cinta intitulada El Palpito que se exhibirá esta noche en nuestra elegante sala de espectáculos. Al juzgar por los informes que tenemos promete ser una buena producción, ya que el gran actor Gareth Hughes realiza en este film su última creación.
Gareth Hughes está en camino de llegar a ser el actor de moda. Sus últimos films presentándolo en papeles distintos a los que acostumbra verlo han demostrado en Hughes excepcionales calidades de interprete, y así si cada día son mejores sus películas, también es mayor el número de los que admiran, su trabajo. Por ello todo nuevo film en que el actue despierta interés. Siempre creciente por ver en que nuevo aspecto aparecerá Hughes. Es secundado eficazmente por la talentosa estrella Ethel Grandin cuya labor es digna del mejor elogio.
Esperamos que como noche de moda, un numeroso y distinguido público se ha de dar cita en nuestro coliseo, ya que el programa que se le ofrece es bajo todo punto de vista inmejorable.
NOTICIAS DE UN CENTURIA
Son particularmente interesantes las noticias vinculadas con la vida social nuevejuliense de hace un siglo.
En la localidad de La Niña, “lúcidos contornos alcanzó el baile que, bajo los auspicios de un núcleo de vecinos de esta localidad, se llevó a cabo en el salón del Hotel La Paz”.
En French también se había llevado a cabo un baile, en el Club Social, amenizado por la orquesta de los hermanos Monteverde.
Después de rendir sus exámenes como profesora de bordado en Buenos Aires, había retornado a 9 de Julio, Delfina Gianni. También en Buenos Aires, pero en el rubro de corte y confección había obtenido su diploma Josefa Iraeta, convecina de Dudignac.
Asimismo, también regresaba a su domicilio en Norumbega, Rosa García.
Emilio Massaccessi, de El Tejar, había sido huésped en 9 de Julio, como así también Juan Erbitti de La Niña y el doctor Pedro M. Garay, de Buenos Aires.
AVISOS COMERCIALES Y PROFESIONALES DE UN SIGLO ATRÁS
La gran sastrería “The Sportman de José Bologna informaba a su clientela que contaba en stock con gran variedad de casimires estilo “Tuhhamkamón”, gabardinas de pura lana y seda y también “Perramus”.
El óptico optometrista J. E. Andrade ofrecía sus servicios profesionales en 9 de Julio los días 8, 9, 10 y 11 de abril, de 8 a 18 horas, en el Hotel Poggi, ubicado en la esquina de Bartolomé Mitre e Independencia (hoy Hipólito Yrigoyen).
“De regreso de Europa –decía el aviso publicitario- ha reanudado sus giras y a saludar a su clientela distinguida como al público. Los anteojos que le ordenen serán entregados en el mismo día, los preparará personalmente en el taller óptico que instala en el hotel”.