Por Héctor José Iaconis.
La edición de EL 9 DE JULIO, el 4 de mayo de 1924 nos permite acercarnos a algunas noticias sociales de la época. Al respecto, a modo de “Crónica rosa”, tal como es titulada la comunicación, se daba a conocer el nacimiento de una niña, Nelly Esther, la primogénita del matrimonio Mato-Tarquini. Asimismo, se anunciaba otro alumbramiento, en el hogar de la familia Ormaechea-Alberdi, donde había nacido un niño.
Como era frecuente en esa época, las noticias sociales que se publicaban en la prensa contenían una sección especialmente dedicada a los “viajeros”. Es decir, a participar la llegada o la partida de vecinos conocidos o de quienes, ya no viviendo en esta ciudad, llegaban de visita. Por ejemplo, el número publicado hace cien años, se comentaba el regreso a la ciudad, “después de una breve permanencia en la gran urbe metropolitana” del joven Fermín C. Failache. También se daba cuenta del regreso a la ciudad de Mercedes, “después de permanecer una temporada en esta ciudad”, de la joven Rosa Strevezza y su prima Catalina.
NOTICIAS POLICIALES
Por esos años, las noticias policiales ocupaban las páginas de los periódicos de una manera bastante descarnada. El cronista solía desarrollar el acontecimiento fluidamente y, a veces, dependiendo de su origen y características, la prosa podía tornarse dramática y excesivamente descriptiva. No es el caso de la nota que aparece en la edición del 4 de mayo de 1924, bajo el título de “Hecho de sangre”: [textual, en bastardilla]
El jueves siendo aproximadamente las 14 horas, y por cuestiones suscitadas por asuntos de trabajo, se produjo un hecho de sangre en el local de los mataderos de esta ciudad, del cual fueron protagonistas Venancio Torres y N. Flores.
El primero de los nombrados descerrajó al segundo dos tiros de revolver sin lograr herirlo y aquel repeliendo la agresión, le efectuó un disparo de escopeta que fue a herirlo de gravedad a Torres en el brazo derecho, a la altura del codo.
La policía tomó intervención deteniendo a Flores y conduciendo al herido al hospital, donde se le practicó la primera cura.
QUEJAS
Por esos días se hablaba del proyecto de pavimentación de las calles de la ciudad, aunque para ver materializada esa empresa deberán transcurrir algunos años más. Lógicamente, esta obra pública, despertaba opiniones encontradas, panegíricos y diatribas.
Un artículo publicado hace un siglo, confrontaba el proyecto de pavimentación de las calles con las carencias que, según el texto, existían en la ciudad y que debían ser allanadas por la gestión municipal: [textual, en bastardilla]
Al vehemente deseo de algunos colegas locales que auspician la pavimentación de nuestra ciudad, obra que demandaría ingentes sumas de dinero, se antepone la unánime aspiración del vecindario que vería con grande satisfacción que las autoridades municipales empezaran por arreglar las calles y caminos de acceso al pueblo; que mandaran construir en las boca-calles pasos de piedras, para facilitar el tránsito de los peatones en los días de incesante lluvia; que extendieran el radio del alumbrado eléctrico por los cuatro puntos cardinales; que hicieran colocar tapas de latón a los carros recolectadores de basura que cuando van demasiado cargados suelen volcar las basuras por las calles; que inspeccionaran detenidamente todo los corralones, restaurants, casas particulares y salas de espectáculos públicos; que llenaran la vacante de veterinario municipal, para que examine las reses que la población consume.
Que fijaran un poco la atención sobre la tenebrosa obscuridad reinante frente al Hospital de los Pobres [hoy Hospital Provincial “Julio de Vedia”], y en todo el contorno de la plaza España, parajes aquellos de tránsito forzoso y continuo, principalmente el primero donde con frecuencia caen los desdichados que fueron víctimas del plomo o del puñal homicida. Por último, que haga muchas otras cosas que si no son mucho, por lo menos son algo más necesarias que la decantada pavimentación que solo servirá para embellecer algunas de las principales calles de la ciudad, que por el momento se encuentran en perfecto estado para el tránsito.
CELEBRACION DEL DIA DEL TRABAJO
Un comentario interesante aparece en el número que nos ocupa: la celebración del 1° de Mayo. Aunque de manera escueta, se nos permite cómo fue conmemorara esta fecha hace cien años:
El jueves celebró el proletariado de Nueve de Julio, la fiesta del trabajo, suspendiendo sus cotidianas labores todas las actividades impulsivas de la mano de obra.
Los gremios obreros se replegaron en sus respectivas sedes Y la banda de música en las primeras horas de la mañana recorrió las calles de la población, dejando oír el himno de la Internacional.
Por la tarde un compacto grupo de personas acompañado de la banda de música, se dirigió a la estación donde esperó al tren que debía conducir a los oradores que traerían el saludo y la palabra de aliento y de perseverancia en los ideales de emancipación.
Llegado el convoy y al descender los emisarios de las federaciones obreras, una salva de aplausos les saludó, poniéndose en marcha la columna, sin ostentación de banderas, ni símbolo alguno, en dirección a la Plaza Belgrano, en cuyo punto se erigió la tribuna, que ocupó un representante de la Federación Obrera de la Capital Federal.
Por la noche en el Teatro Rossini tuvo lugar una velada patrocinada por el Centro Socialista, que se vio muy concurrida.
LA QUINIELA CLANDESTINA
Resulta atrayente, quizá por la peculiaridad de su enfoque, el editorial publicado abriendo el ejemplar del 4 de mayo de 1924. El epígrafe que la encabeza poco dice de su contenido: “El triunfo de la razón”.
La temática trasciende el tiempo y nos conecta con diferentes períodos de la historia de 9 de Julio. Los juegos de azar, algunos prohibidos, forman parte de nuestro pretérito casi desde la primera década posterior a la fundación del pueblo. La quiniela clandestina, aparecida más tardíamente y arraigada en los primeros decenios del siglo XX, se desarrolló a la luz de una modalidad recurrente, en la que aparecían varios protagonistas: el capitalista u organizador y los “quinieleros” (hábiles maestros del lápiz, pues aún no eran populares los bolígrafos) encargados de levantar las apuestas.
A continuación reproducimos la nota editorial: [textual, en bastardilla]
Hemos batallado y puesto toda nuestra energía a favor de una causa moral, combatiendo lo que consideramos una lacra social.
EL 9 DE JULIO ha combatido, indicándolo como un verdadero delito contra la propiedad, el juego de las quinielas; comprendido entre los que la ley coloca al margen de ella y persiguiendo a sus infractores.
En nuestra ciudad el juego de las quinielas había tomado carta de naturaleza, siendo innumerable la cantidad de explotadores y explotados, y ante nuestra insistencia la policía ha tomado la intervención correspondiente, dando una batida en forma a los infractores a la ley de juego; previniéndoles que será inexorable con los reincidentes, aplicándoles el correctivo merecido.
Digna de aplauso es la correcta actitud de la policía en esta emergencia, especialmente la del oficial inspector señor Hipólito Toñanes a cuya competencia ha sido encomendada la investigación por el señor Comisario de Policía. Por otra parte, ya ha comenzado a sonar con insistencia el rumor de que ese jueguito democrático, a la par que sencillo, va a ser oficializado; sin lugar a duda, alguien que no se duerme en las pajas ha visto que las quinielas oficializadas podrían dejar al estado beneficios incalculables; y es por eso que se está preparando el ambiente en ese sentido, y no pasará mucho tiempo sin que la oficialización de la quiniela sea una bella realidad.
Decimos bella por que con ese sistema, la afición por ese Juego disminuirá notablemente; pues si la “quiniela” tiene un gran encanto, el deriva de que es prohibida por las autoridades, y es bien sabido de todos, el atractivo que tienen las cosas vedadas. Autorizadas las quinielas, el encanto y la afición, desaparecerán.
La quiniela recién fue oficializada, a nivel nacional, en 1973. Desde luego, el presagio no se cumplió.