Felix Compairé. Un sacerdote ejemplar

Por Héctor José Iaconis.

* Fue párroco en 9 de Julio, por espacio de nueve años; donde fundó el Colegio Jesús Sacramentado, que asesoró hasta su muerte.
* Organizó varias instituciones piadosas, en su parroquia, y concretó obras de refacciones y embellecimiento del templo.
* Se destacó como orador, no sólo desde el púlpito, sino también en las filas de la Sociedad Española de 9 de Julio
* De corazón puro y sencillo, mantuvo contacto tanto con el pobre, como con los exponentes de la clase mejor dotada.
* Desde 1960, la avenida de circunvalación norte del Ejido de 9 de Julio, lleva su nombre.

Félix Compairé.

El 28 de octubre de 1899, el obispo de Jaca le escribía al arzobispo de Buenos Aires, informándole que viajaba a estas tierras, por razones de familia, un presbítero “ejemplar y muy querido de todos los pueblos en que ha estado como Ecónomo o Regente”. “Sacerdote pacífico –expresaba en otro documento-, de buen carácter, dócil, de buena vida y de irreprensibles costumbres”.
De esta forma, casi panegírica, era presentado por su ordinario el padre FELIX COMPAIRÉ, un sacerdote vinculado al engrandecimiento de nuestra sociedad, no sólo desde su tarea pastoral, sino también desde el dinamismo institucional.
Había nacido en Jaca, una ciudad al nordeste de la provincia de Huesca, a orillas del río Aragón, en España, en 1870, hijo de Francisco Compairé y de Pilar Jarne.

LOS ESTUDIOS
En 1883, ingresó al seminario conciliar de su diócesis, para cursar estudios preparatorios, cuatro años de latín y humanidades. Al parecer, a juzgar por algunos documentos, habría realizado obtenido favorables resultados académicos.
Después de concluir el primer año teológico, en el mismo seminario jacetano, fue enviado a Lérida. El seminario ocupaba, desde la expulsión de los jesuitas, las instalaciones del viejo convento, en la plaza que lleva su nombre. Allí, entre 1891 y 1893, prosiguió los segundo y tercero años de Teología.
Más tarde, nuevamente en Jaca, completó los años restantes de su formación, logrando –en los ulteriores- la distinción de “Meritissimus”.

LA ORDENACIÓN.
Fue ordenado presbítero, el sábado 30 de mayo de 1896, por el doctor José López Mendoza y García, un agustino, a la sazón obispo de Jaca. Recibía el sacerdocio en las “témporas” de la Santísima Trinidad, durante la festividad de su santo, el papa mártir Félix I.
Entre julio y septiembre de aquel año, su obispo le destinó como teniente cura en Ruesta, pequeño pueblo, de no más de cien edificios.
El 24 de octubre de 1896, fue enviado como regente a la parroquia de Acin, una pequeña villa, distante doce kilómetros de Jaca. Allí permaneció hasta principios de 1898.
Por espacio más breve residió en Abay, como cura de la parroquia de San Andrés. Esta vez asistía las escasas cuatrocientas almas de los cuatro aldeorrios que conformaban aquella comunidad.

EN AMÉRICA
Alrededor de agosto de 1899, el padre Compairé solicitó a su obispo autorización para emigrar a América. En Uruguay, según algunas informaciones orales, se habría radicado parte de su familia. Ellos poseían una condición económica precaria, y su presencia podría significar un amparo.
El 26 de octubre, le era conferido el “exeat”, y las respectivas licencias de viaje. Recién el 15 de mayo de 1901, se le habría de conceder la facultad para residir de manera permanente en su nuevo destino.
Ya en la diócesis de La Plata, el 22 de febrero de 1900, fue nombrado teniente cura en la parroquia de San Martín. A principios de mayo, pasó –con igual título- a Baradero.
El 1 de febrero de 1901, fue designado párroco de Exaltación de la Cruz. Allí habría de componer sus primeras acciones, al frente de una comunidad parroquial.

LA PARROQUIA DE 9 DE JULIO
El 23 de abril de 1904, el obispo de La Plata, monseñor Juan Nepomuceno Terrero y Escalada, le confirió el título de cura vicario de Santo Domingo, en 9 de Julio. Tendría a su cargo la cura de las 35000 almas que habitaban el partido. Incluso en el Pueblo Maya (Carlos Casares), cuya capellanía de “Nuestra Señora del Carmen” –desde febrero- estaba a cargo del presbítero Manuel Monreal.
A poco de asumir, hacia julio, recibió la visita canónica de monseñor Francisco Alberti, obispo titular de Siunia y provisor y vicario general de la Diócesis, acompañado por tres religiosos, un claretiano, un vicentino y un carmelita… Realizaron una misión apostólica de doce días.
A lo largo de su, casi, década, al frente de la parroquia, logró realizar importantes emprendimientos, a favor de la preservación y el embellecimiento edilicio. Además, estableció instituciones parroquiales, y promovió la enseñanza de la catequesis.
Ligado, desde el principio, a la vida social de 9 de Julio, pudo formar parte de la Sociedad Española de Socorros Mutuos, integrando su comisión directiva.

LA FUNDACIÓN DEL COLEGIO DE HERMANAS
Al padre Félix Compairé se deben las denodadas gestiones a favor de la fundación del Colegio Jesús Sacramentado.
A pesar de dificultades, y después de un arduo trabajo organizativo, el domingo 6 de marzo de 1910, logró concretar la solemne inauguración del colegio. Esta vez se hallaba presente el obispo diocesano, junto con otros sacerdotes, en misión.

PALABRAS FINALES
En cierto modo, la vida de quien nos ocupa, no puede dejarse de leer, a partir de su misión, en la Iglesia y en el Mundo. El decreto “Presbyterorum Ordinis in Ecclesia”, promulgado el 7 de diciembre de 1965, por Paulo VI, conjuntamente con los Padres del Concilio Vaticano II, explica que “los presbíteros […] están puestos en medio de los laicos para llevarlos a todos a la unidad de la caridad fraternal y unos a otros previniéndose en las muestras de deferencia (Rom 12,10)… Ellos son defensores del bien común, cuyo cuidado tienen en nombre del obispo, y, a par, asertores intrépidos de la verdad… A su solicitud especial se recomiendan los que se han apartado de la práctica de los sacramentos y aún tal vez de la fe misma, a los que no dejarán de acercarse como buenos pastores…” (cap. I, 2, 9).
El padre Compairé falleció a las 17 horas, del lunes 17 de marzo de 1913, después de soportar una enfermedad que le obligara a declinar en sus fuerzas.
Sus restos mortales descasan actualmente en el oratorio ubicado en el peristilo de la necrópolis local.

FUENTES
Al respecto de la biografía del padre Compairé, y su obra, puede consultarse, para ampliar los datos aquí contenidos, el  opúsculo “Las horas del apóstol. Breves notas biográficas sobre el padre Félix Compairé”, que publicamos  en doce partes periodísticas, entre el 1 y 17 de febrero de 2000, en EL 9 DE JULIO.

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