Juan C. Rébora
La infancia nuevejuliense de un eximio jurisconsulto
* Destacado jurista catedrático, escritor y diplomático.
* Su infancia transcurrió en 9 de Julio, cuando aún era un promisorio pueblo.
* Sus padres se habían afincado en 9 de Julio y tuvo influyente desempeño en la sociedad a finales del siglo XIX.
* A lo largo de su vida integró diferentes institutos y academia y se destacó con importantes distinciones.
* La jurisprudencia argentina debe a éste excelentes tratados, que lo han convertido en un notable jurisconsulto.
Para quienes estudian Derecho o Ciencias Políticas, como así también las derivaciones disciplinarias de esas áreas del conocimiento, no es extraña la lectura de los tratados y publicaciones especializadas del doctor Juan Carlos Rébora. Sino directamente, han tenido contacto con su pensamiento y su obra a través de muchos autores que les han citado, y aún lo hacen con profusión.
Intelectual de gran talento, su influencia en el Derecho Civil ha sido notoria y muchos de sus postulados han mantenido actualidad que sobrepasó las limitaciones del tiempo.
Sin dudas, no han sido pocos los abogados nuevejulienses que hayan tomado contacto, directa o indirectamente, con sus escritos. Pero quizá pocos conozcan que ese hombre, destacado no solo por su labor intelectual sino también por su personalidad virtuosa, había transcurrido su infancia en 9 de Julio; y que en su formación, sin dudas, habían influido la educación y las enseñanzas recibidas de sus primeros maestros en este mismo pueblo.
Si bien había nacido en Baradero, el 10 de Julio de 1880; sus padres Angel Rébora y María Peratta se afincaron en 9 de Julio cuando este transitaba la primera infancia.
De acuerdo con el excelente y documentado ensayo biográfico «Vida y legado de Juan Carlos Rébora (1880-1964), redactado por su nieto, el Doctor Juan Carlos Fustinoni,
Su padre, Don Ángel Rébora «llegó al país alrededor de 1870».
«Era un hombre -añade Fustinoni- de unos 35 años que venía con el firme propósito de «hacer la América». Antes de partir contrajo enlace con una mujer mucho menor -María Peralta, a la que se conocía con el apodo de «Mamita María»- y de ese matrimonio once hijos llegaron a mayores: cuatro varones y siete mujeres. Entre éstas, Manuela -con la que Juan Carlos Rébora tuvo una relación de afecto muy profunda- lo ayudó al futuro hombre del derecho en el copiado de los originales de su libro ‘Letras de Cambio’ (1905), tarea por aquel entonces generalmente manuscrita».
En una primera etapa, ya afincado en el país, su padre se dedicó a la explotación de una parcela de campo, a la estación Alsina, Partido de Bara- dero. A ese emprendi- miento puso fin la crisis de 1890.
EN 9 DE JULIO
A comienzos de la década de 1890, Angel Rébora se encontraba afincado en 9 de Julio. El Censo Nacional de Población de 1895, nos permite conocer los integrantes de la familia Rébora que vivían en 9 de Julio: además de Don Angel y su esposa, se encontraban sus hijos, Angel J., Manuela, Anita (que era maestra), Emilio, Matilde (también maestra), Margarita, Juan Carlos, Mario, Adolfo, Julia E. y Lucrecia. Vivían en una casa solariega, ubicada en el centro del pueblo, donde tenían como vecinos inmediatos a las familias de Clovis Vivares y del maestro Rafael Muzio, entre otras, pertenecientes a la clase mejor dotada de la sociedad de entonces.
Apenas arribó a 9 de Julio, a su padre, Angel Rébora se le designó para el desempeño de las funciones de comisario de Policía. Luego de los sucesos revolucionarios de 1893, el interventor municipal Eduardo Danero lo designó su secretario.
Un año más tarde, el intendente municipal Benigno Martínez designó a Don Angel para el mismo cargo. En efecto, formaba parte activa de la denominada Unión Cívica Nacional. También, entre 1897 y 1898, el intendente Francisco Roca lo confirmó en el cargo y, para el período comprendido entre 1899 y 1900, el intendente Martínez lo volvió a escoger para el mismo puesto..
Don Angel Rébora era martillero público y en tal condición fue el encargado de organizado el primer remate feria de hacienda efectuado en la ciudad de 9 de Julio, los días 8, 9 y 10 de octubre de 1897. Asimismo, fue uno de los fundadores de la Sociedad Rural de 9 de Julio, en 1897, en cuya primera comisión directiva ocupó el cargo de secretario.
LA PRIMERA EDUCACIÓN EN 9 DE JULIO
Juan Carlos Rébora no solamente vivió su infancia en 9 de Julio, sino también, como se dijo, recibió la influencia en su formación de la primera educación escolarizada.
A comienzos de la década de 1890 concurría a la Escuela Elemental de Varones Nº 1, hoy E.G.B. Nº 1 «Bernardino Riva- davia». Por entonces, este establecimiento se hallaba ubicado en la esquina de Libertad y La Rioja; y se encontraba a cargo de Rafael Muzio, su preceptor-director, un maestro de nacionalidad italiana que dejó en sus alumnos un recuerdo imperecedero.
En esa escuela, Rébora tuvo como condiscípulos, entre otros, a Carlos y Alberto Labandeyra, José y Santiago Buldain, Buenaventura Noe Vita, Marcial D’ Elía, Horacio Dorrego, Rafael y Hermenegildo Muzio, Blas Landa, Jorge E. Perren, José Crocco, Juan y José Platero y Alejandro y Antonio Catenaccio. Ellos, habían advertido su temprano talento, de hecho, muchos le consideraban «el alumno más aplicado».
En mayo de 1892 la escuela dirigida por Muzio pasó a ocupar un edificio frente a la plaza «General Belgrano»(en el mismo lugar donde hoy se encuentra el E.G.B. Nº 1).Una construcción moderna, para la época, poseía cuatro aulas hacia el ala derecha, las cuales eran ocupadas por la Escuela de varones; y cuatro hacia la izquierda, ocupadas por la Escuela Elemental de Niñas. Allí prosiguió sus estudios Rébora, hasta que, luego de egresar de allí, recaló brevemente en las aulas del Colegio Cavallari, también en 9 de Julio.
EN LA GUARDIA NACIONAL DE 9 DE JULIO
Juan Carlos Rébora transitaba la plena adolescencia cuando fue incorporado a la Guardia Nacional de 9 de Julio, organizada en 1896. Junto a otros jóvenes de la época integraba la oficialidad con el cargo de Subteniente.
De ese cuerpo también formaban parte su hermano Angel y su amigo Juan S. Gnecco, entre otros.
Entonces, los ejercicios doctrinales de la Guardia Nacional se realizaban en las calles del pueblo, pero después se dispuso para ese objeto de la quinta denominada «La Territorial», delimitada por la Avenida Vedia, la calle Independencia (hoy Yrigoyen), Río Negro (hoy Cardenal Pironio) y Nicolás Avellaneda que, según el historiador Buenaventura Vita, habría pertenecido al general Garmendia.
«Los domingos en la época de los ejercicios partía el batallón de guardias nacionales de frente a la Comandancia Militar, que estaba instalada en la Casa Municipal, se ponía en marcha con su oficialidad al frente, hasta la mencionada quinta, en que se hacía el aprendizaje», afirma Vita.
EN LA PLATA
A comienzos del siglo XX la familia Rébora se instaló en la ciudad de La Plata. Allí, Juan Carlos, dio en varios turnos el bachillerato para ingresar luego en la Facultad de Derecho. Tal como lo indica su biógrafo, «fue al mismo tiempo, primero empleado de la Suprema Corte de la provincia, y luego inspector de escribanías de la propia Corte, hasta que se recibió en tres años de abogado».
«Alguna vez Juan Carlos rememoró que trabajó desde los trece años y que tenía de la economía individual un concepto que se confunde con la arqueología, ya que como también recordaba: ‘cuando se viene de la pobreza en que se enjugó mi adolescencia, también la hay de orden’», cita Fustinoni.
Se graduó en Derecho entre 1908 y 1910; y se doctoró en jurisprudencia hacia 1911.
Siendo aún estudiante universitario, en 1905, fue distinguido con el premio «Velez Sarfield». Del mismo modo, en 1910 fue nombrado director general del Registro Civil de la provincia se Buenos Aires, cargo que ocupó por espacio de cuatro años.
DOCENTE Y CATEDRÁTICO
Poco después de concluir sus estudios universitarios, entre 1912 1917 dictó clases de literatura en el Colegio Nacional de La Plata y en la Escuela Normal Nacional de Profesores en la misma ciudad.
Entre 1917 y 1930 fue profesor en el Colegio Nacional «Nicolás Avellaneda», en Buenos Aires; entre 1912 y 1916, catedrático de Derecho Civil en la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires; y de la misma materia en la facultad de Derecho de esa casa de altos estudios desde 1916 hasta 1924.
La Universidad Nacional de La Plata no solamente lo contó como profesor de Derecho Civil, en su facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, sino también como fundador y primer director del Instituto de Altos Estudios Jurídicos, entre 1929 y 1931; y como su presidente, desde 1938 hasta 1941.
CARGOS Y DISTINCIONES
El doctor Juan C. Rébora, a lo largo de su carrera vital recibió importantes distinciones. Entre las más importantes se cuentan los doctorados «honoris causa»otorgados por las universidades de San Marcos y de Río de Janeiro, en 1923 y 1926, respectivamente. Fue designado de igual forma, miembro de la Legión de Honor en grado de Caballero, en 1920; oficial de la Orden de la Corona de Bélgica, en 1925 y miembro correspondiente de la Société de Legislation Compareé.
El 28 de diciembre de 1938 fue incorporado como miembro de número en la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. Con él ingresaron figuras de la talla de Alfredo L. Palacios, Octavio R. Amadeo, Adolfo Bioy y Ricardo Levene.
En julio de 1959, casi octogenario, fue nombrado miembro de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales, ocupando el sitial vacante del doctor Tomás A. Le Bretón.
Entre los cargos más significativos que ocupó se cuentan el de vicepresidente del Consejo Nacional de Educación, entre 1942 y 1943; y el de embajador argentino ante el gobierno francés, desde 1955 hasta 1958.
SU OBRA
Además de dirigir la prestigiosa revista jurídica «La Ley», y de publicar algunos ensayos sobre el «Desarrollo histórico del concepto de la historia» (publicado en 1910), y acerca de «La Universidad y el espíritu público»; así como una obra temprana «Letras de cambio», impresa en 1905; toda su obra intelectual giró en torno al Derecho. Algunos títulos importantes que editó son:»Evolución del derecho civil argentino» (ensayo) (1910); «Los terratenientes y la política en la provincia de Buenos Aires. Legislación predial» (ensayo) (1919); «Los regímenes matrimoniales en la legislación argentina. Ensayo de una interpretación sistemática»(1922); «La acción y responsabilidad en materia de representación»(1923); «La familia»(4 tomos), (1926); «La emancipación de la mujer»(1927); «El estado de sitio y la ley histórica del desborde institucional»(1935); «La reforma del Código Civil»(1936); «La universidad y el espíritu público; Derecho de las sucesiones»(3 tomos) (1953); «Institución de la familia» (4 tomos) (1940-1947).
SU FAMILIA
El doctor Rébora contrajo enlace con María Celina Aguirre, matrimonio del cual nacieron dos hijas: María Julia y Marilina.
Marilina (1919-1999) se destacó en el ámbito de las letras; considerada por el mismo Manuel Mujica Lainez como «una auténtica poeta (…) capaz de provocar en sus sonetos una verdadera sucesión de emociones».
PALABRAS FINALES
Juan Carlos Rébora falleció en Buenos Aires el 7 de noviembre de 1964.
Sin lugar a dudas la figura del doctor Rébora es una temática interesante para un abordaje literario-biográfico. Por fortuna existe el ensayo biográfico escrito por su nieto, que constituye un aporte sustancial para comprender su protagonismo.
Su trayectoria puede resumirse en las palabras del académico Emilio Gnecco: «fue un gran jurista, de fuerte carácter y firmes convicciones, un maestro en la cátedra y en el libro, a las que se dedicó por entero».
Los apuntes que conforman esta semblanza apenas han querido recodar el paso, aunque breve, del eminente jurisconsulto Juan Carlos Rébora por 9 de Julio. Quizá en la memoria de ese hombre virtuoso hayan quedado grabadas, para siempre, aquellas horas felices de su infancia y adolescencia en esta comunidad; como así también las clases de su viejos maestros, Rafael Muzio y Victorio Cavallari, cuya profesión con el correr del tiempo, hizo suya.
Bibliografía básica
– Juan Carlos Fustinoni, «Vida y legado de Juan Carlos Rébora (1880-1964), disponible on line. Aquí se incluye un apartado de notas bibliográficas muy interesante y pormenorizado.
– Emilio P. Gnecco, «La trascendente personalidad de Rébora y su obra»; Marcelo Urbano Salerno, «Juan Carlos Rébora (1880-1964)» y Juan Vicente Sola, «Juan Carlos Rébora», conferencias pronunciada en la sesión conjunta de las Academias Nacionales de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires, de Ciencias de Buenos Aires y de Ciencias Morales y Políticas, en homenaje a Juan Carlos Rébora, el 14 de diciembre de 2011.
– Buenaventura Vita, «Crónica Vecinal de Nueve de Julio. 1863-1900», parte inédita.
– Néstor José Gutiérrez, «Historia del Radicalismo en 9 de Julio. 1892-1955».
– Revista «Caras y Caretas», 1905. Se reproduce su retrato juvenil.