Lugares con Historia

muñecos de los inglesitos
¿Dónde están los Muñecos de
«Los Inglesitos»?
Durante varias décadas, al menos dos o tres generaciones de nuevejulienses pueden dar testimonio de ello, en las vísperas de la celebración de la Navidad y hasta pasado el día de Reyes, la vidriera de la casa “Los Inglesitos” (ubicada en la calle Santa Fe entre Bartolomé Mitre y San Martín) se engalanaba de manera especial. Aquellos escaparates no solamente exhibían los juguetes que estaban a la venta, también era expuesto un teatro de muñecos automatizados construido en la década ´40 por el artista argentino Julio Bodo sobre bocetos de Florencio Molina Campos. El mismo se titula “Almacén de Barrio” y aparecía en la vidriera de la recordada casa para alegría de grandes y chicos.
Muchos, quienes no conocían su historia, los llamaban “los muñeros de “Los Inglesitos”.
Pocos saben el destino de este interesante patrimonio tras el cierre del comercio. Afortunadamente, aún se conserva y puede ser admirado en toda su magnitud en la ciudad de Buenos Aires.

“ENTRE MANOTAZOS DE AHOGADO”
En una entrevista brindada a un medio de prensa local y titulada, «El patrimonio cultural de los nuevejuliense. Los fragmentos de una historia rota», realizada en 2007, Héctor J. Iaconis, afirma que, «entre las infortunadas decisiones tomadas en desmedro de la preservación de los bienes culturales nuevejulienses, se encuentran las acciones, no siempre deliveradas, de los actores involucrados».
«Por ejemplo -afirma-, cuando en las postrimerías de la década de 1990, la casa ‘Los Inglesitos’ decidió cerrar sus puertas, los propietarios de la empresa resolvieron deshacerse de muchos objetos, documentos y muebles que conservaban. En cierto modo, con la testarudez de quienes no comprenden acerca de la importancia que reviste el patrimonio artístico e histórico para una comunidad o, si se quiere, con el objetivo de obtener algún rédito pecuniario, se optó, no sin desacierto, por vender este teatro automatizado “Almacén de Barrio”, del genial Julio Bodo, a un particular».
«Más allá que, quienes adquirieron el teatro de muñecos, lo preservaron con gran dedicación, el mismo dejó de pertenecer a la comunidad de 9 de Julio. En el espíritu de las autoridades de la empresa y de quienes debieron intervenir para contrarrestar tamaña insensatez, muy lejos estuvo el deseo de que, ese preciado bien cultural, quede en esta comunidad», afirma Iaconis quien, al mismo tiempo, considera que, «la donación de ese teatro de muñecos automatizados a la comunidad, por parte de ‘Los Inglesitos’, antes de su irremediable derrumbe, hubiera sido un gesto de generosidad que la sociedad nuevejuliense habría valorado y agradecido».
Cuando los nuevos propietarios de los muñecos que habían pertenecido a «Los Inglesitos» decidieron fijar su domicilio fuera de esta ciudad, el “Almacén de Barrio” se fue, para siempre, de 9 de Julio.

UN POCO HISTORIA
El teatro, “Almacén de Barrio” está construido íntegramente en madera torneada a excepción de las caras y manos de los muñecos que por sus movimientos fueron realizados en una pasta dura. La escenografía corresponde a la representación de un antiguo almacén con despacho de bebidas del arrabal porteño.
Todos los movimientos están dados por la conexión de los muñecos a una biela a través de finos alambres de acero tomados a todas las articulaciones.
Los ojos (realizados en vidrio) están construidos con mecanismos de relojería, cejas y bocas también poseen mecanismos muy ingeniosos que hacen que sus movimientos sean sumamente precisos. Toda esta técnica sumamente ingeniosa y artesanal hace que la obra se constituya en una joya única en su tipo.
Fueron realizadas por el mismo autor aproximadamente 23 obras sobre diferentes temáticas de las cuales algunas se encuentran en colecciones privadas de Europa (Alemania) y Estados Unidos de Norteamérica, pero esta obra titulada por su autor “Almacén de Barrio” es la única que muestra una página del ambiente tanguero, en una época en que el tango era considerado una música de los bajos fondos.

EL AUTOR
Julio Bodo era natural de Adrogué. Permanece en casa de sus padres hasta el año 1929.
Su vida transcurre entre los estudios y algunas obras artesanales, entre ellas un tren a motor que, con un sistema de bielas a escala, circulaba por todo el jardín de su casa paterna. Todos estos trabajos llamaron la atención de los industriales de la época (año 1932).
A raíz de este hecho fue contratado por la compañía “West India” para realizar muñecos automatizados y maquetas para publicidad. Tiempo más tarde llega a Tartagal (Salta) contratado por la empresa “Esso” para hacer bocetos y reproducir a escala la planta industrial de dicha empresa.
Debido al éxito obtenido con sus trabajos, para ambas empresas, es convocado por varios particulares para realizar nuevos muñecos, entre ellos uno muy famoso para la confitería “Bomcar”.
En 1945 realiza una exposición en la Sociedad Rural de Rosario la cual es visitada por cien mil personas. El éxito es tan grande que fue distinguido y premiado, recibiendo de las autoridades de la muestra una conceptuosa carta de felicitación y agradecimiento.
Como consecuencia de estos acontecimientos las tiendas “Harrods” lo contrataron para realizar una serie de teatros temáticos para sus vidrieras. El evento se llamó “Harrodslandia” y por las noches los porteños se agolpaban en las vidrieras para ver las novedades.
También tuvo mucho éxito un muñeco: “El pianista”, realizado para la firma “Revestier” con motivo de la inauguración, y otro teatrito realizado en la misma época para las tiendas “La Piedad”.
En los años posteriores realiza una serie de obras, ya no por encargo de empresas, sino para satisfacer su vocación artística; es así como cobran vida teatros sobre temas líricos, tango, escenas de arrabal, la calle Caminito en la Boca, los fondines de puerto, etc.
Tomaba bocetos de distintos rincones porteños, conversaba sobre ellos con sus amigos en los antiguos bares donde se reunían los bohemios de la época y se abocaba a la elaboración de la obra lo cual se prolongaba entre seis meses y un año hasta su presentación, la cual hacía en su casa del barrio de Caballito.
Varias veces llamaron la atención del periodismo por lo cual se vio inmerso en una serie de reportajes gráficos, radiales y televisivos, incluso uno de sus teatritos es solicitado para la filmación de la película “Historia de una soga”.
Sus obras recorren todo el país y, dada la fortaleza de sus mecanismos, han permanecido en excelente estado de conservación hasta nuestros días.
El teatrito de “Los Inglesitos” se construyó en la década del ´40. Los anteriores eran más pequeños y con menos movimientos.
Se les colocaba música para acompañar los movimientos de los muñecos.

EL TEATRITO HOY
En la actualidad, el teatro “Almacén de Barrio” de muñecos automatizados, que perteneció a la casa “Los Inglesitos” de 9 de Julio, se encuentra exhibido en el Café-Bar “Roma” de la ciudad de Buenos Aires. Este atractivo reducto, conocido a nivel internacional por su prestigio como “bar notable” está ubicado en la esquina de Olavarría y Almirante Brown, en el Barrio de La Boca.
Allí, día a día, muchas personas se sorprenden al observar este interesante “Almacén de Barrio” de muñecos automatizados; sin dudas, con la misma alegría y admiración que, décadas atrás, provocaba en los vecinos de 9 de Julio.

Para la elaboración de esta semblanza se contó con datos aportados por la Lic. Ana María Cassani a este Diario en 2003.

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