El payador Gabino Ezeiza en 9 de Julio

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Historias y curiosidades

Gabino Ezeiza es considerado uno de los más notables payadores argentinos. Según se sabe, ya en el año 1872 incursionaba en el arte de la payada, siendo considerado el más antiguo y notable payador del Río de la Plata. Sus virtudes y hazañas fueron famosas y frecuentes sus encuentros con otros payadores, en esa lucha verbal del contrapunto. Hasta Gardel supo interpretar sus canciones.
En febrero de 1906 el prestigioso payador visitó 9 de Julio. Estaba acompañado por un guitarrista y ofreció una demostración de su arte en el escenario del Teatro “Rossini”.
El hecho fue comentado por la prensa de la época, pues la figura de Ezeiza ya se encontraba coronada por la popularidad.

EL MAS GRANDE PAYADOR PORTEÑO
Gabino Ezeiza había nacido en San Telmo el 3 de febrero de 1858; pero vivió la mayor parte de su vida en el barrio de Floresta, en la calle Azul 92. Allí le encontró la muerte 12 de octubre de 1916.
Desde muy temprana edad –según Héctor Pedro Blomberg-, se lanzó a recorrer almacenes y pulperías del barrio con la primera guitarra que le regaló don Pancho Luna, pulpero del barrio del alto San Telmo. Eran los tiempos de la aparición de la primera parte del Martín Fierro y aunque no faltaron biógrafos que quisieron hacer coincidir esta circunstancia para fundamentar su vocación, lo cierto es que Gabino fue un payador urbano, no rural, que nació y se formó en la ciudad.
Gabino vistió siempre con cierto empaque señorial, muy pulcro en su vestimenta, impecable cuello duro y ungüentos en los cabellos para asentar las motas. Asimiló muy rápido la picardía de las calles y boliches y desarrolló su natural ingenio lo que le permitió ser un artista impar y a la vez un hombre acción. Tenía una aptitud estupenda para hacer versos, los improvisaba en el momento y como tenía un oído perfecto para la medida, la cadencia, y la rima, le salían perfectos.
Creyó siempre en los derechos de la ciudadanía y no sintió ni cultivó el nostálgico estilo que utilizaban los payadores de entonces, sino que por el contrario se lo considera el iniciador de la payada por milonga. De esos años son sus primeras composiciones conocidas, “La muerte de Agapito”, “El remoto extraordinario” y “El remate”.
Ya en 1880 se había medido con Nemesio Trejo con el que volvió a compartir un escenario ciuatro años más tarde en una función benéfica a las víctimas de la inundación que destruyó Barracas.
En 1880 participó en la revolución de Tejedor arengando con su canto a nacionalistas y autonomistas, participando de algunos combates como los de Puente Alsina, Barracas y Tapiales. La Revolución del Parque de 1890 lo encuentra militando en las filas de Alem, adhesión que le llevará a sufrir la cárcel y posteriormente el incendio de su circo “Pabellón Argentino”, que había adquirido, según algunos testimonios, gracias a un golpe de suerte en la lotería. Fue partícipe también de los alzamientos de 1893, y muchos años después seguiría luciendo con orgullo las medallas con que lo distinguieron por su lealtad el doctor Mariano Candioti y el general Frías.
Sus contrapuntos fueron haciéndose populares. Uno de los más famosos lo sustuvo en Paysandú (Uruguay) con el mentado cantor oriental Juan de Nava. Ese encuentro fue presenciado por uno de los auditorios más numerosos que se recuerdan y ante el estado adverso hacia él del público oriental, improvisó allí la que sería la célebre canción “Heroico Paysandú”. Este espectáculo fue el 23 de julio de 1884 y en su conmemoración se instituyó ese día, como Día del Payador.
Tanto Gardel como Razzano lo conocieron en los comités políticos de principios de siglo, como a casi todos los payadores de aquel tiempo, y ese conocimiento se hizo trato amigo en la rueda del popular “Café de los Angelitos”.
En esa lucha verbal del contrapunto que es la payada, Ezeiza se enfrentó con José Betinotti en 1902, en un circo que funcionaba en Venezuela y Maza, del barrio de Boedo.

OTROS PAYADORES EN 9 DE JULIO
En las primeras décadas del siglo XX, 9 de Julio recibió a otros folkloristas y payadores conocidos en su época. El sábado 11 y el domingo 12 de marzo de 1911, en el bar y cinematógrafo “Americano” -propiedad de los hermanos Güida- se hubo presentado también Pedro Garay, otro mentado payador de la época.
En el verano de 1912, Carlos Gardel acompañado por Martino realizó algunos números “camperos” en el café “Primer Centenario” -propiedad de Oreste Amerio-, ubicado en la Avenida Vedia y San Luis.
Más tarde, también efectuaron sus presentaciones, con números folklóricos, Santiago y Obidio Hidalgo; y más tarde el payador Higinio Cazón.

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